'El Jinete de la Onda de Shock'
Una cucharada de medicina
¡ALERTA SPOILERS!
La mayoría de la gente sigue sorprendiéndose de la capacidad de anticipación de la Ciencia Ficción (o literatura de anticipación). Es natural, sobre todo, si pensamos que Julio Verne predijo el viaje a la luna un siglo antes de que el Apolo XI llegará. De la Tierra a la Luna se publicó en 1865, Neil Amstrong pisó la luna en 1969.
Realmente,
es difícil acostumbrarse a leer literatura escrito 30 o 40 años
atrás y ver tu sociedad y tu tecnología reflejada tan
acertadamente. Pero si eres afín a la ciencia ficción aprendes a
disfrutar de estas profecías.
John
Brunner (1934-1995) es uno de esos escritores de Ciencia Ficción
tristemente olvidados por el gran público, que vería, como en el
caso de Verne, que la mejor forma de ver el futuro, es leyendo
Ciencia Ficción. Representante de la New Wave,
empezó escribiendo spaces operas,
es decir, novelas de aventuras en el espacio, típico de los 40, y en
los años 60 se metió de lleno en ese movimiento que quiso
reivindicar una Ciencia Ficción más profunda y adulta.
De
la amplia obra de Brunner, se suele destacar la 'Trilogía del
Desastre', tres novelas (Todos sobre Zanzíbar,
Órbita inestable y El
rebaño ciego) y la novela El
Jinete de la Onda de Shock (1975),
como lo mejor de su trabajo. El Jinete...
es considerada la novela seminal del ciberpunk
y se basa en un ensayo de Alvin Toffler, El shock del
futuro, que habla sobre la
percepción social de que haya demasiados cambios en muy poco tiempo.
Tristemente,
la Ciencia Ficción no goza de buena fama, sobre todo por las novelas
pulp y las antes mencionadas
spaces operas. Quizás
sea la razón que llevó a que la novela de Brunner que mostraba una
red informática donde todos estaban conectados con códigos
personales, la existencia de gusanos
para robar datos informáticos, la angustia de una sociedad por los
datos privados que estaban al alcance de otros..., no fuera tomada
en serio en los años que ARPANET empezaba a colear, pero solo a
nivel universitario. Según Javier Cuevas, es también curioso,
debido al devenir de los acontecimientos de los años 70: crisis
moral, fin del idealismo, amenaza nuclear,... Quien sabe la razón
exacta.
Gigamesh
trae en 2012 una reedición de esta novela catalogada como un vacuna
contra el actual devenir de la sociedad: sociedad atontada por la
TDT, clase trabajadora que ha olvidado que lo es, capitalismo
desatado y los viejos y nuevos trucos... Porque de muchas de esas
cosas va El Jinete de la Onda de Shock,
que es una análisis psicológico de una sociedad que aun no había
llegado, pero que nosotros ya conocemos. Personas enganchadas a la
trivisión, una gran
necesidad de tomar ansiolíticos porque no se pueden aceptar los
cambios, trabajadores obligados a marcharse cada poco tiempo...
En
el mundo de El Jinete,
la sociedad está (mal) acostumbrada a desplazarse cada poco tiempo.
La población cambia de trabajo, de vecinos, de amigos e, incluso de
familia, desde que nacen, pues son adoptados por distintas familias,
para que se acostumbren a no enraizar. Además, están completamente
conectados mediante los videofonos,
aparatos de telefonía a través de los cuáles se accede a la red.
Allí compran, obtienen información (la roban), y dejan todos sus
datos. Estas dos circunstancias hacen que la mente quede afectada,
por lo que no es raro que la gente suela tener ataques cada cierto
tiempo. Lo solucionan llevándoles a empresas de 'psicología' donde,
supuestamente les arreglan con un trato muy deficiente. Por otro
lado, una trivisión
llena de porquería y que congrega a las masas para aborregarlas un
poco más.
Los
Gobiernos del mundo se han dado cuenta que invertir en armamento no
es lo más adecuado e invierten en 'sabiduría'. Hasta ahí parece
bien, se ha recuperado la cordura, ya no se quieren más guerras,
solo avanzar en una sociedad más culta que traiga más avances al
país. La realidad es muy diferente. Se invierte en buscar a los
mejores cerebros de la sociedad para realizar experimentos sin ningún
tipo de límites morales con la excusa de que 'lo podrían hacer
otros'. Así, en Tarnover,
el laboratorio-escuela-internado donde se forma a las mentes más
geniales desde su más tierna infancia, se les moldea para que sean
obedientes, acríticos y realicen ciencia sin más.
De
aquí, se escapa el protagonista, Nick Haflinger, que ve una serie de
experimentos que no le hacen ninguna gracia. Ocurre justo lo que el
Gobierno quería evitar, un genio se pone a luchar contra ellos. Usa
sus dotes para la programación y la informática para convertirse en
el primer hacker de la
historia (en 1975 no se había inventado este término), se crea una
nueva identidad y empieza a buscar la libertad que nunca ha tenido. Y
también, la manera de destruir este sistema.
La
novela está construida con varias voces y contada en diferentes
tiempos. El presente, donde Nick cuenta su historia en un
interrogatorio donde revela sus diferentes máscaras a lo largo de su
vida, desde el momento que escapó de Tarnover
y además tiene discusiones metafísicas, morales e, incluso,
metalingüísticas con su captor, Paul Freeman, y el pasado, esos
fragmentos de historias. Aparte de la voz de Nick, aparecen
detallados una serie de informes, conversaciones, etc en distintos
formatos y lugares de publicación, desde la terminal pública, hasta
informes secretos, las reglas de un juego de mesa etc que van
detallando el funcionamiento de esta sociedad.
Es la novela seminal
del ciberpunk con todo lo que ello conlleva. Aunque el mundo
no se muestra totalmente oscuro y destructivo (a la vez de
destruido), como aquellos relatos que ya están firmemente asentados
en el subgénero, sí se empiezan a catalogar las características
que luego serán generalizadas. La sociedad conectada a la red, las
tribus urbanas y su violencia, nuevas costumbres destructivas, como
nuevas drogas o, en este caso, el desarraigo.... Es lo contrario a
esa Ciencia Ficción optimista que presentaba el progreso como algo
maravilloso y que lleva a un futuro brillante. Aquí el futuro
significa deshumanización, violencia, enfermedad....
Es interesante una
conversación entre Paul Fremman y Nick sobre la sociedad de la
información, esos que hoy ocupan titulares, la vida de mucha gente,
crean y destruyen empleos... En una discusión sobre los ordenadores,
Nick afirma que los ordenadores fueron vendidos como la libertad
pero, ¿ y si son más bien grilletes? La sociedad se encuentra
conectada a ellos, los usan para todos, toda su información sensible
está ahí... Además, si la información es poder, ¿quién tiene
poder sobre nosotros? “Somos
dueños de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras”... No
solo eso: “a pesar de toda la
fanfarria sobre el impacto liberador de la data red la verdad es, que
para la mayoría no es más que una fuente de paranoia”.
Y aun no hemos llegado
a la mitad de lo que es El Jinete...
Habría que acudir además al trasfondo político, tampoco alejado de
lo que es hoy. Una clase política por encima del bien y del mal, que
se aleja de la gente 'normal' y solo piensa en sus intereses, y los
de sus amigos, gobierna. El único contacto que supuestamente tiene
son los Oráculos Delfos,
sistemas de apuestas sobre los temas de la sociedad, que se usan para
averiguar lo que la gente quiere. Pero son manipulados regularmente
para que se centren en lo intrascendente y se olviden de cosas
difíciles de lograr, y/o, demasiado revolucionarias. Las grandes
empresas, como G25, la mayor que existe están al margen de la ley
pues tienen el poder suficiente para hacer lo que quieran. La policía
tortura y utiliza cualquier medio para lograr sus intenciones.
Laboratorios y empresas donde se realizan prácticas inmorales, como
ya se ha comentado... Una política contra la transparencia en contra
de lo que se debería conseguir. Incluso podemos ver, como Sergio
Mars destaca en su crítica, un antecedente de Wikileaks,
con un Julian Assange representado en la figura de Nick.
Está novela que está
lejos de poder ser considerada mala literatura, o literatura de baja
calidad, incluye elementos de discusión del más alto nivel.
Conversaciones entre Nick y los habitantes de Precipicio,
una ciudad que es un brillo de esperanza, quizás demasiado optimista
e ingenuo; o discusiones sobre la moral, el buen o mal hacer de los
Gobiernos... Conversaciones en que se citan a grandes autores y
complejas teorías sociopolíticas y morales.
Una
novela que en parte es como una cucharada de medicina, normalmente
sabe mal, pero cura. Resulta complicado digerirla, tanto por el
lenguaje, como por las cuestiones que plantea, ya decimos que no es
agradable de leer y causa desasosiego.
El Jinete de la Onda
de Shock termina planteando que
todavía queda esperanza. Después de describir este mundo conectado,
donde todas las máquinas lo saben todo de nosotros, Nick logra su
revolución, gracias a personajes como Kate, una mujer extraña para
esa sociedad, pero muy sagaz e inteligente, que se convertirá en su
pareja estable, cuando algo así no se estila y también gracias a
los habitantes de Precipicio, la ciudad desconectada, nacida tras el
Gran Terremoto.
“¿Y no le vendría
muy bien a la sociedad, en este momento, una buena dosis de
imaginación? Creo que tenemos una sobredosis de cruda realidad; algo
de fantasía podría valer de antidoto” dice Nick cerca del final
de la historia, un alegato que también podría haber soltado Brunner
en este momento, además de cuando lo escribió. Tomemos todos este
antídoto. Aunque sea amargo.
--
El Bunker
Los lunes de 17.30 a 19.00 en Radio Ritmo Getafe y siempre en el podcast.
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