Hoy me ha pasado
algo muy bestia y es que he empezado a leer una novela que ha llegado
a mis manos y, en poco más de dos horas, la he devorado. Habla de un
tipo normal, como tú y como yo, que, sin venir a cuento, comienza a
sentirse extraño. Jaquecas, hemorragias nasales... Lo normal cuando
uno empieza a obtener superpoderes, parece ser. Yo es que no tengo,
la verdad y no sé cómo es...
Este tipo, Daniel se
llama, es autónomo, se dedica al diseño y le gusta salir con sus
amigos y leer cómics. Y al ser un freak, se le sube lo de los
poderes a la cabeza y se decide a usarlos. Primero sin control,
saltando como un descerebrado cuando ve algo que no le mola (una
situación de maltrato, una agresión de la autoridad...) hasta que,
poco a poco, va tomando control y conocimiento de sus poderes. Como
esto es la vida real, y no un cómic, decide confiar a sus amigos y a
su nueva novia lo que le está pasando, y le creen y todo. Parece
evidente que mantener este tipo de cosas en secreto, a parte de
complicado, es muy estúpido. ¿Por qué ir por la vida como lobo
solitario si puedes tener cabezas a tu alrededor que te ayuden y te
cuiden cuando te den una paliza? Cuatro ojos ven más que dos.
En el último
programa de El Bunker Z se habló de Quinox,
de Carlos Moreno, otra saga como Hoy me ha pasado algo muy
bestia de Daniel Estorach.
Yo dije que los superhéroes tienen su hábitat natural en las
viñetas donde nacieron. Pero, ¿por qué no habían saltado a los
libros? Hay algún acercamiento como la novelización de la Civil War
o la propia Quinox,
pero no es
algo muy
habitual. Quizás sea que los personajes como Superman o Spiderman
necesitan per se de la
imagen para calar. O que las batallas fabulosas con docenas de
personajes contra sus villanos, destruyendo edificios, lanzando rayos
y volando a velocidades de infarto solo pertenezcan a los dibus -las
mejores adaptaciones que habrá de los cómics- y al papel. Pero, ¿no
es también verdad que hay novelistas que pueden describir con todo
lujo de detalles situaciones de manera que las puedes “ver”?
Hoy me ha pasado algo muy bestia
no es una novela con invasiones de seres de otras galaxias, ni
guerras, sino unas historias mucho más terrenales. Sin embargo,
demuestra que se puede escribir sobre hombres con capa -hasta el
momento no aparecen, ojo- y
salir bien parado.
Daniel,
el protagonista, no el autor, va acostumbrándose a sus poderes y va
dándose cuenta de que, a su alrededor hay más mal del que parecía
al principio. Se acerca a otras personas con capacidades y se va
volcando más y más en esta parte de su vida. Lo que trae
consecuencias en su vida “civil” y que nos lleva a los mismos
tópicos que conocemos de leer a Peter Parker tratando de compaginar
su trabajo en el periódico, sus amigos, su familia y, además, pasar
la noche de patrulla.
Daniel, ahora sí el
autor, ha abierto un melón que más le vale no abandonar. Ha creado
un universo con supertipos, una cronología que empieza a intuirse,
una saga abierta que, esperamos, mantendrá un alto nivel de calidad
y unos fans hambrientos de más Post-it.
Por cierto, la segunda parte y la adaptación al cómic de la primera, ya están disponibles.
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El Bunker Z
Los lunes de 17:00 a 19:00 en ECOLeganés y siempre en el podcast.
Cosas que molan en La Trastienda Z
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