15 may 2015

Firma invitada: El descanso del guerrero

EL DESCANSO DEL GUERRERO
Por Josema Beza


Ya hace casi un mes de la celebración de la tercera edición del Festival de Fantasía de Fuenlabrada #FF3. Ha pasado el tiempo prudencial para echar un vistazo atrás, asumir lo que allí aconteció y dedicar unas palabras a esa increíble experiencia vivida.
Tuve la fortuna de que me incluyeran como parte de la organización en calidad de voluntario y moderador. En realidad, he participado en todas las ediciones de este evento y he sido partícipe de su nacimiento, evolución y consagración. Se ha recorrido un largo camino y 2015 ha sido la llegada a la primera meta volante. Pero no adelantemos conclusiones y permitidme que me centre en cómo he vivido este pasado evento.
Esta edición iba a presentar cambios en la organización, reflejados en la parrilla de contenidos, permitiendo una reafirmación de su esencia y espíritu. En las anteriores ediciones hubo muchas cosas buenas y algunas a mejorar y, como la experiencia es un grado, había altas expectativas sobre esta nueva etapa. Así es como llegué al mismo viernes 17 de Abril. Era el momento de enfrentarme a este nuevo reto.


Nada más llegar a las instalaciones, pude comprobar que todo lo que había imaginado apenas llegaba a acercarse a la que habían montado. Lo primero fue la carpa, situada frente al Espacio Joven La Plaza. Se había reconfigurado permitiendo un espacio más centrado en los artistas, artesanos y libreros. Además, existía una zona bien diferenciada para actividades al aire libre. Principalmente destinada a los más peques, ese espacio reservado prometía horas y horas de diversión a las próximas generaciones fantásticas. Tras comprobar la de horas (y dinero) que podía gastar en ese maldito y atrayente Mercado Troll, decidí presentarme en la mesa de admisión y recoger mis credenciales. Allí me encontré con Sara y Ángel (El Bunker Z), Jesús Mesado, otro amigo y colaborador del programa de radio, y dos de las personas que han sido gran parte del alma de este proyecto: Abel Murillo y Maria José Lillo. Por supuesto, tras unos saludos cariñosos me pusieron al día rápidamente y me di mi primera vuelta por las salas. Subir a la primera planta fue toda una experiencia, El Pasillo de la Nostromo ¡Menudo currazo! Te transportaba a un viaje interestelar con sus ventanas con vistas al espacio, ese sonido de fondo, el maldito gato, humo,… parecía como si formaras parte de una locura enorme, como si hubieras atravesado el espejo y solo pudieras vivir maravillas. Y esto solo acababa de empezar.
Tras reponerme de esa visión, subimos a la zona de rol y comprobamos que todo comenzaba a arrancar con gente. Apenas habíamos arrancado el Festival y ya había bastante gente por los alrededores curioseando y preguntando sobre las actividades.
Esa misma tarde pasé varios turnos en la mesa de inscripción y deambulando por el Mercado Troll. Los nervios comenzaron a aflorar cuando se acercaba la hora de mi primera mesa: Nuevos talentos. Lo malo es que coincidía con la moderaban mis amigos del Bunker Z sobre cine, pero es lo malo de una más que interesante parrilla de contenidos. Respecto a mi primera mesa, todo fue genial. El ritmo, la interacción de los autores,… compartimos nuestros miedos, proyectos y experiencias. Al finalizar la misma, nos intercambiamos correos y es que de estos eventos siempre salen muchos proyectos, y es una parte que me encanta del #FFF.


Tras esta mesa y después de una semana muy dura, me tuve que retirar a recuperar fuerzas porque, si bien no se esperaba tanta gente el viernes, las previsiones para ese día se habían desbordado. Esto era un aviso de lo que nos podría esperar el sábado, el día grande.
Y llegó el sábado, centenares de personas esperaban que todo comenzara y eso era el primer síntoma de que esta edición iba a trascender. Todo el equipo funcionaba sincronizado y se veía que teníamos muchas ganas. El Rol comenzó con fuerza y rápidamente se cubrieron todas las mesas. Los contenidos iban atrayendo a más y más personas. Muy destacable las visitas guiadas por la obra de Carlos Pacheco realizadas por él mismo. Las charlas y talleres se llenaron y no paraban de llegar más y más personas. Grupos de amigos, familias al completo,… era un torrente humano que no cesaba. La ilusión se veía como saltaba de los ojos de los padres a sus hijos.
Me quiero detener un instante para hablar de la Legión 501 que siempre estaban dispuesto a una foto, una sonrisa, interactuando con todos los asistentes que se aproximaban a ellos, incansables. Del mismo modos ese par de Predators y un Alien. Todo iba viento en popa. Se aproximaba uno de los momentos cumbres, el desfile de la Legión. Ahí toda previsión se quedó corta. Las calles se llenaron durante todo el recorrido y la plaza donde se concentraba el final del desfile, entre la Carpa y El Espacio Joven, se desbordó ¡Jamás vi tanta gente reunida en ese espacio! No cabía ni un alfiler. Esa parte me la perdí, en realidad estaba de portero en los camerinos que usaban los customizados miembros de la Legión 501 y los Predators/Alien. Era necesario evitar que cualquier asistente perdido acabara en esa zona. Fue una pena no vivirlo pero es lo que tiene pertenecer a la organización, no siempre podemos estar todos en los momentos más impresionantes del evento.
Tras ese subidón, se acercaba mi otra mesa. Estaba especialmente nervioso por los componentes de la misma. Nunca me había enfrentado a nombres de ese calado y quería hacerlo bien. En el momento en el que terminaron un maravilloso desfile/concurso de cosplay, comenzaba mi mesa. En cuanto se inició, los nervios desaparecieron y me zambullí durante algo más de una hora en un momento genial. La disfruté muchísimo y, aunque el mensaje no era tan optimista como mu hubiera gustado, diseccionamos el panorama actual. Siempre es un placer hablar de fantasía y escuchar muchos puntos de vista diferenciados. El festival estaba dando sus últimos coletazos.


Antes de enfrentarme a esta recta final, quiero detenerme en unas personas que fueron la base de todo el festival y que, sin ellos no hubiera sido posible. No es que no me haya acordado de ellos hasta este momento, es que quería que tuvieran un sitio especial en estas líneas. Por supuesto hablo de Edu y todo el equipo de técnicos de la Concejalía de Juventud de Fuenlabrada. Eran como entes semivisibles. Estaban en todos lados y nunca daban muestras de desfallecimiento. Cuando cualquiera de nosotros flaqueaba, veías la inquebrantable seguridad, las ganas que desprendían y las fuerzas renacían. Desde este espacio quiero agradecerles haber sido parte de ese equipo durante unas horas pues ha sido una experiencia vital increíble.


Como broche de oro, un programa especial del Bunker Z, pero se inició con sorpresa. Los cracks de Menudo Castillo nos dieron una enorme sorpresa que no estaba en la parrilla de contenidos. Realizaron una entrevista a Juan De Dios Garduño que disfruté como un niño. Perspicaces y mostrando que llevan mucho recorrido y haciéndonos pensar en que llegarán tan lejos como ellas quieran. Entonces sí, comenzó el Bunker Z. El relax, por mi parte, ya era total. Me tiré en una mesa junto a mi gran amigo Javier Pastor, a disfrutar y apuntar preguntas para pasárselas a Ángel y Sara. Ese par de horas era mi triunfo final o eso creía yo.



Para ir cerrando este pequeño artículo, es necesaria una explicación sobre su título. ¿Por qué el descanso del guerrero? Justamente por lo que aconteció durante unos de los descansos del programa del Bunker. Mientras las notas de Duendelirium llenaban un ambiente distendido y relajado, Maria José Lillo vino a buscarme y me hizo que la acompañara a la trastienda del Espacio Joven. Cuando entré, pude ver a los técnicos de la concejalía bromeando entre ellos y a mi gran amigo Abel esperándome con una sonrisa en los labios. Me senté un momento con ellos y tuvieron un regalo muy especial para mi. Durante esos momentos y compartiéndolos con Abel, Marijose y el resto de los incansables técnicos, noté una comunión increíble. Ese fue el descanso del guerrero. Tras una batalla cruenta y no exenta de momentos difíciles, ese instante de compañerismo y reconocimiento, fue una de las cosas más indescriptibles que he podido disfrutar.

Para cerrar este pequeño resumen de mi paso por el Festival de Fantasía de Fuenlabrada, se trató de un evento tristemente irrepetible…eso sí, las ganas de volver a perderme en una cuarta edición son aun mayores de las que tenía para hacer el #FF4 aun más grande si cabe. Si alguien aun no ha estado en ninguna edición, es una lástima que haya sido así pero hay que ponerle remedio pronto. Allí os estaremos esperando con mil Fantasías que compartir.

Josema Beza 
es el administrador de Los Octaedriles
y autor de Delirios de Acterateuim

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El Bunker
Los lunes de 17.00 a 18.30 en Radio Ritmo Getafe y siempre en el podcast. Cosas que molan en La Trastienda Z

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