Un vallecano en Fuenlabrada
por Alfonso Zamora
— ¿Cómo?
— ¿Me lo estás diciendo en serio?
Si,
esa fue mi reacción ante la petición que me estaba haciendo Carmen
Cabello para participar en el #FFF.
Como
le comenté a ella, me conformaba con poder ir a firmar mi novela en
un rincón debajo de una mesa y rodeado de pelusas.
Pero
la sorpresa fue mayúscula cuando me reservaba una silla junto a los
autores españoles con mayor proyección a nivel nacional e incluso
en el caso de Manel, internacional.
Nada
más y nada menos que Juande Garduño, Manel Loureiro, Carlos Sisí,
y Joe Alamo me acompañarían en una mesa Z que para mí, formará
parte de mi pequeño museo instalado en mi memoria.
Pero
vuelvo a mi reacción: lo primero que piensas al escuchar eso es…
¿porque yo? ¿Por qué no Víctor Bázquez o Sergi Llauger?
—No
puedo, Carmen. Te lo agradezco en el alma pero no puedo aceptar.
— ¿Pero
tú estás tonto, Alfonso? ¿Por qué me dices que no?
—No
creo estar al nivel de esa mesa. ¿Y qué pensarán ellos?
—Que
eres un compañero como ellos y un escritor que ha vendido miles de
ejemplares. ¡No te desmerezcas!
—Carmen,
tengo miedo. ¿De qué voy a hablar? ¡Seguro que tartamudeo y todo!
—Déjate
llevar, de verdad. Confía en ti mismo y disfruta el momento.
Os
puedo asegurar que mi respuesta fue un “no”
durante todo un día, pero que finalmente las palabras de Carmen
lograron tranquilizarme y confiar un poco más en mí mismo.
Quedaba
mucho aún para el festival, pero no logré quitármelo de la cabeza
ni un solo día.
En
la mañana del día 15, mi jefe y mis compañeras tuvieron que
aguantarme durante todo el día, mis nervios, mis paranoias y mis
desvaríos. Llegaba por fin, el #FFF.
Tras
aparcar a los niños con mi suegra, mi mujer y yo acudimos a
Fuenlabrada deseosos de saludar a muchos de mis amigos allí
presentes. Nada más entrar, nos recibió un sonriente Eloy Alonso,
Alberto Morán Roa (que no paraba de firmar sus trasgos) Aida
“Paziños” y Tolu.
Después
llegó Tania Alcusón y los compañeros del Bunker Z, que no paraban
de hacerse fotos con todos los autores.
Al
poco de llegar, me fundí en un abrazo con Carlos Sisí, que esperaba
muerto de frio en la calle a que apareciesen el resto.
Pero
cuando llegó Manel Loureiro y me vio, la ilusión se apoderó de mí
por unos instantes. Le tengo un especial cariño, ya que cuando yo
estaba terminando mi historia, él dedicaba su escaso tiempo a darme
buenos consejos, los cuales hoy en día me han hecho mejorar y estar
con los pies en la tierra. Me alegro mucho por lo que está viviendo,
de verdad.
Y
con retraso, por fin subimos al escenario para dar comienzo a la
famosa charla Z. Como era de esperar, Manel enganchó el micro y dio
rienda suelta a su experiencia en estos eventos.
Casi
dos horas de charla, anécdotas y preguntas, amenizaron al personal
que llenaba la sala de La Estrella de la Muerte.
Mis
nervios jamás desaparecieron, pero por un momento me sentí un
escritor importante, aunque manteniéndome en la tierra.
Todo
pasó tan rápido, que hoy lo miro desde la lejanía y me parece
increíble el verme en esas fotos junto a esos talentos.
Carmen
tenía razón: ¿Por qué no iba yo a poder estar junto a esos
autores?
Y
estuve, oh vaya si estuve. Y me lo pasé genial.
Mi
sueño sigue avanzando, y por ahora, no me despertéis.
Alfonso Zamora Llorente
Presidente de ESMATER
--
El Bunker
Los lunes de 17.30 a 19.00 en Radio Ritmo Getafe y siempre en el podcast.
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